miércoles, octubre 20, 2010

Relativo

Ayer a media tarde, mientras salía a la calle, y veía a pequeñas criaturas saliendo del Colegio Británico felizmente sonrientes y con un uniforme ya bien sufrido de todo el día de troteo, pensaba en lo relativo que puede ser el concepto de 'felicidad'...
'No, Pablo, no podemos ir al parque porque es tarde ya y María tiene que descansar' decía una madre joven, muy guapa, vestida bajo un prototipo que encasilla a la gente por su monotonía. Pablo, fruncía el ceño y aunque visiblemente contrariado, se resignaba a seguir los pasos de su abnegada madre.
Mientras, yo, con la cabeza embotada y con escasos veinte minutos para tomarme una triste coca.cola light observaba a mi alrededor la gente pasar. 'Qué coñazo de alumnos tengo' decía una compañera mía. 'Que rollo, hoy es martes aún' se lamentaba otra...

Después de observar durante todo el resto de día...llegué a la conclusión de que probablemente nuestra condición humana no nos permita no quejarnos un solo día de algo, o lo que es casi igual, independientemente de todo, siempre serán más los días que nos quejemos que los días que demos gracias.
Y al fin y al cabo, el niño, mi compañera y yo misma, siempre querremos un poco más cuando tengamos eso y así sucesivamente mientras los días pasan y... mañana es ya casi viernes. ¡y qué?

Curioso

miércoles, octubre 13, 2010

Al sur del sur

Al sur del sur se vive tranquilo. Al sur del sur se acaba la tierra y empieza la inmensidad del Atlántico de un lado y la calma del Mediterráneo de otro. Al sur del sur en verano la gente se amontona en la orilla de una playa espectacular, mientras que en invierno la misma se hace inmensa. Al sur del sur el tiempo se detiene, cuando al rodear un pueblecito en lo alto de una montaña encaras una pequeña carretera de curvas y atraviesas un pueblecito que desemboca literalmente en el mar.

En el sur del sur me gusta perderme con mi amor mientras suena una música melancólica en el coche, me gusta empaparme de una humedad que en otoño te atraviesa el jersey y se refleja en su pelo alborotado y menos rubito que de costumbre. En el sur del sur me gusta pasar los días de otoño, con cielos grises plomizos, lluvia fina y mar revuelto. En el sur del sur, me gusta comer y beber bien entre charlas y confesiones, haciendo un poco mío todo aquello.

Al sur del sur me gusta acompañarla para que nos encontremos con su amiga del alma, y ya mía también, para pasar esos ratitos que te aligeran el alma y te hacen enamorarte de la vida.

Al sur del sur...
 
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